Por: Ricardo Abud
En este primer escrito quiero ahondar en un tema que considero muy controversial, como lo es la disciplina y la indisciplina desde el punto de vista bíblico. Estoy convencido que hoy me encuentro donde estoy producto de la obediencia a mi Dios y mañana estaré donde su voluntad me lleve, amén de las señales propias que día a día siento en mi alma y mi corazón. De haber desobedecido seguro ya no estuviera en el mundo terrenal, no se trata de lo que quieran o deseen los demás, se trata de mi y la voluntad de nuestro creador. Dios los bendiga.
Disciplina e Indisciplina.
La Biblia aborda de manera profunda y variada los temas de la disciplina y la indisciplina, ofreciendo perspectivas que pueden ser aplicadas a la vida cotidiana. A continuación, se presenta un análisis de estos conceptos, apoyado en diversas referencias bíblicas.
La Disciplina en la Biblia
La disciplina, en el contexto bíblico, se entiende como un proceso de formación y corrección que busca el crecimiento espiritual y moral del individuo. En Proverbios 3:11-12 se dice:
“No menosprecies, hijo mío, el castigo del Señor, ni te fatigues de su corrección; porque el Señor al que ama disciplina, como el padre al hijo a quien quiere.”
Este pasaje destaca que la disciplina no es un acto de rechazo, sino una demostración de amor. Aquí, se establece una conexión entre la corrección y el amor paternal, sugiriendo que la disciplina es esencial para el desarrollo del carácter. La idea de que la disciplina es una forma de enseñanza se refuerza en Hebreos 12:11:
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”
Este versículo resalta que, aunque la disciplina puede ser difícil y dolorosa en el momento, su resultado es positivo. La “justicia” mencionada aquí se refiere a un comportamiento recto y moralmente correcto que se desarrolla a través del ejercicio de la disciplina.
La Indisciplina y sus Consecuencias
Por otro lado, la indisciplina se presenta en la Biblia como un camino que lleva a la destrucción y al sufrimiento. Proverbios 12:1 dice:
“El que ama la disciplina ama el conocimiento; pero el que aborrece la reprensión es un insensato.”
Este pasaje sugiere que la indisciplina está asociada con la necedad y la falta de entendimiento. La represión de la disciplina puede llevar a la ignorancia y, por ende, a la autodestrucción. Asimismo, en Proverbios 29:15 se menciona:
“La vara y la corrección dan sabiduría; pero el muchacho consentido avergonzará a su madre.”
La imagen de un “muchacho consentido” implica que la falta de disciplina no solo afecta al individuo, sino también a su entorno, especialmente a su familia. La indisciplina puede llevar a problemas de comportamiento que repercuten en las relaciones interpersonales y en la comunidad.
Desobediencia al Camino de Dios
La desobediencia es un tema recurrente en la Biblia y está intrinsecamente relacionada con la indisciplina. Cuando las personas desobedecen el camino que Dios ha trazado, a menudo terminan enfrentando consecuencias dolorosas. Un ejemplo claro es el de Saúl, quien desobedeció las instrucciones divinas al no eliminar a los amalecitas
(1 Samuel 15). Su indisciplina lo llevó a perder el favor de Dios y, en última instancia, su reino.
Otro ejemplo es el del pueblo de Israel durante su travesía por el desierto. A pesar de haber sido liberados de la esclavitud en Egipto, su desobediencia y falta de fe condujeron a años de vagar en el desierto, donde muchos no lograron entrar en la Tierra Prometida (Números 14:26-30).
Esto ilustra cómo desobedecer el camino de Dios puede resultar en la pérdida de bendiciones y oportunidades.
Disciplina y Crecimiento Personal
La disciplina, tal como se presenta en la Biblia, no se limita a la corrección de errores, sino que también implica la formación de hábitos y virtudes. En 1 Corintios 9:24-27, Pablo habla sobre la autodisciplina en el contexto de la vida cristiana:
“No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio. Corred de tal manera que lo obtengáis.”
Este pasaje enfatiza la necesidad de control y dedicación para alcanzar metas espirituales. La autodisciplina es presentada como un medio para lograr el éxito en la vida cristiana. Además, en Gálatas 5:22-23, se mencionan los frutos del Espíritu, que incluyen la “templanza” o autocontrol, como una manifestación de una vida disciplinada.
La Biblia presenta la disciplina como un aspecto esencial del crecimiento personal y espiritual. A través de la disciplina, las personas pueden aprender, crecer y desarrollarse en su carácter. Por el contrario, la indisciplina se asocia con la necedad y puede llevar a consecuencias negativas tanto a nivel personal como social.
La disciplina, vista como una expresión del amor divino y la guía paternal, invita a los creyentes a abrazar la corrección y el aprendizaje. Al final, la elección entre la disciplina y la indisciplina es crucial y tiene el poder de moldear no solo el carácter individual, sino también el impacto que cada persona tiene en su comunidad y en su relación con Dios.
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