Las Narrativas Tóxicas en el Amor: Cuando el Pasado Secuestra el Presente**


 Por: Ricardo Abud

El amor, en su esencia más pura, debería ser un espacio de encuentro, sanación y crecimiento compartido. Sin embargo, muchas personas arrastran al presente viejas heridas convertidas en armas, proyectando en nuevas relaciones los fantasmas de experiencias pasadas. 

Este fenómeno, donde el dolor se transforma en narrativas de desconfianza y resentimiento, envenena no solo las relaciones amorosas, sino también la capacidad de construir vínculos auténticos. 

Es ahí donde surge la deshonestidad y comienzan a utilizar esas viejas narrativas (las reconstruyen, las mejoran y definen de acuerdo a su conveniencia)  para los nuevos sucesos y romper utilizando el pasado como arma. Cuando se deja de amar, lo mas prudente es hablar con su pareja, no difundir narrativas del pasado para golpear el presente, obviando el sufrimiento y el dolor que se pueda causar, menos aun manipular con el pasado para fortalecer esas narrativas, surgen profecías, mitos y comienza la flagelación (auto-sabotaje) todo esto puede evitarse con honestidad. el pasado solo alimenta su corrección hacia el futuro. Empezar de nuevo es valido, finalizar también es valido,  lo importante es el como finalizar.  

Las Profecías Autocumplidas del Corazón Herido

La frase "todos los hombres son iguales" o "todas las mujeres mienten" no es solo una generalización: es una sentencia que condiciona el futuro. Cuando alguien asume que su nueva pareja "terminará haciéndole daño", inconscientemente:

 Busca "pruebas" de que su creencia es cierta, malinterpretando acciones neutras.

-Actúa desde la desconfianza, generando distancia o conflicto donde no lo había.

-Atrae justo lo que teme, porque nadie puede amar plenamente bajo sospecha permanente.

El verdadero peligro no está en haber sufrido, sino en convertir ese sufrimiento en una identidad que niega cualquier posibilidad de cambio.

El Mito del "Amor que Duele

La cultura popular ha normalizado el sufrimiento amoroso a través de frases como:

  • "Quien bien te quiere, te hará llorar"
  • "Los celos son muestra de amor"

"Si no sufres, no es verdadero"

Estas ideas romantizan el control, la dependencia emocional y hasta el abuso, confundiendo intensidad con amor genuino. Lo preocupante es que muchas personas:

  •  Toleran maltrato porque lo asocian a "pasión".
  •  Culpan a "no aguantar nada" cuando deciden poner límites.
  •  Repiten patrones, creyendo que el dolor es inevitable.
  • Pero el amor no es un campo de batalla; es un refugio. Si duele constantemente, algo está mal.

 El Auto-Sabotaje: Cuando el Muro te Atrapa

Tras una decepción amorosa, es natural querer protegerse. El problema surge cuando:

- La coraza se vuelve una prisión: "Nunca más me volveré a enamorar".

- Se confunde cautela con miedo: Evitar todo vínculo profundo por temor a repetir el pasado.

- Se eligen relaciones superficiales, perpetuando la soledad mientras se cree estar "a salvo".

El resultado es paradójico: quien más huye del dolor, más lo prolonga, porque la desconfianza sistemática impide encontrar el amor que sí merece.

Claves para Romper el Ciclo

a) Separar el Ayer del Hoy

Reconocer: "Esta persona no es quien me lastimó". Cada relación es un universo nuevo.

 b) Sustituir Narrativas

Cambiar "todos son iguales" por "aprendo a elegir mejor". El problema no es "el amor", sino cómo nos relacionamos con él.

 c) Validar el Dolor sin Dejarse Definir por Él

Es legítimo estar herido, pero no es obligatorio convertir esa herida en identidad. La terapia y la introspección ayudan a sanar sin endurecerse.

Redefinir el Amor

El amor sano:

  • Suma, no resta (no pide que renuncies a ti mismo).
  •  Calma, no angustia (la seguridad emocional es base, no opcional).
  •  Libera, no aprisiona (los límites sanos no son control).

Llevar cicatrices no nos hace incapaces de amar; lo peligroso es usarlas como lentes para mirar a quienes se acercan con sinceridad. Romper con las narrativas tóxicas no significa "confiar ciegamente", sino aprender a distinguir entre el miedo legítimo y los prejuicios impuestos por el pasado.

El amor, en su forma más auténtica, no es guerra ni rendición: es un territorio donde dos personas eligen construir sin armas, sabiendo que la vulnerabilidad, cuando es mutua, es el cimiento más sólido.

¿Has enfrentado estas narrativas en tus relaciones? ¿Cómo lograste (o intentas) desarmarlas? Tu experiencia puede inspirar a otros. ¡Comparte tu historia!

Y eso, al final, ya no es tu carga.  

Nos vemos en el espejo, donde las mentiras nos atormentan.Los quiero hasta el infinito y más allá. Se les quiere que jode, y sobre todo de gratis.

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