lunes, 23 de julio de 2012

Encaminando la vida

Encaminando la vida
Ricardo Abud


"Escribo por el solo placer de escribir, para mí solo, sin ninguna finalidad de dinero o publicidad. En mi pobre vida, tan vulgar y tranquila, las frases son aventuras y no recojo otras flores que las metáforas" Flaubert, Gustave



El transcurrir de los años nos lleva ineludiblemente a construir sensaciones que poco a poco se van transformando en experiencias, algunas muy positivas otras negativas, pero al final son enseñanzas que nos fortalecen y nos dan las herramientas necesarias para continuar.

Surgen muchas disyuntivas, que nos permiten entender las verdaderas causas de algunos pasajes de la vida. El miedo es fundamental analizarlo como uno de nuestros mayores obstáculos en esa dirección. En ocasiones no nos permitimos avanzar, por el temor al fracaso, sin pensar que el fracaso es parte del aprendizaje necesario, en nuestro transito por nuestra vida terrenal. Las excusas que a menudo buscamos están asociadas a nuestros miedos.

Miedo a no querer enfrentar una nueva relación sea en cualquier faceta de nuestra vida, en lo sentimental, en lo laboral o incluso en lo familiar. La reciente decepción con la pareja nos envuelve en un holocausto de inconformidades, la no aceptación de entender que nuestro corazón no muere sentimentalmente con el fracaso, por el contrario se revitaliza en emociones, pero el miedo nos ayuda a crear barreras que solo consumen nuestras frustraciones inmorales, pensamos que si podemos, pero un buen día nos damos golpes de `pecho y nos negamos incluso a lo que nuestro corazón nos manda, y a lo que nuestra mente nos racionaliza en amor. De igual forma sucede en el campo laboral, nuestros miedos nos hacen vivir resignados, a expensas de nuestras propias miserias, no afrontamos esa realidad y sucumbimos en la desidia de nuestro día a día. En el aspecto familiar, los temores son mayores, y la costumbre toma por asalto nuestra infelicidad.

Romper con los prejuicios que nos atan no es difícil, es sumamente fácil siempre y cuando estemos dispuestos a afrontar los miedos, sobre todo entendiendo que si los enfrentamos, con ello solo estaremos postergando las incertidumbres de nuestra vida.

Nos empeñamos en planificar el futuro, pensando que con ello damos una razón para vivir, sin entender el presente, sin vivirlo. Nos cuestionamos y decimos, no estamos preparados para tal o cual cosa, y asumimos que el futuro nos va a preparar, entendiendo que el tiempo nos dará el momento adecuado para asumir que si estamos preparados. Jugar con el tiempo es la manera más absurda de vivir, retando nuestras emociones y dejándolas amarradas en el presente, queriendo y sintiendo, preguntándonos este bien o mal lo que estoy haciendo, siguiendo de manera iracunda y prepotente la arrogancia de decisiones que nos apartan de vivir el presente.

En todo caso el mar de incertidumbres nos agobia, enredamos nuestra manera de vivir, de tal forma que nos apoderamos de la estupidez, y la hacemos intransigente. El miedo lo comprometemos a nuestras emociones y distorsionamos la realidad que se nos presenta de manera casual e intrínseca., es ahí cuando al caminar por las calles ya transitadas aparecen los fantasmas que ayer nos causaron tantas insatisfacciones, que no permitieron cerrar ciclos y es cuando empezamos a entender que la vida era esa tal cual como la habíamos pintando en ese presente que ya es hoy un pasado, y que vuelve de manera sensata a restregarnos en la cara, que si había un posibilidad cierta de vivir, y cual final de aquella interminable novela de Gabriel García Márquez, Cien Años de Soledad nos evoca un final, hoy conocido, donde todo presente termina con el mismo pasado de ciclos no cerrados. Los miedos terminan venciéndose y es cuando retrospectivamente nos enteramos que si eran posibles vencer los fantasmas, surge la palabra mágica, VOLUNTAD.

A un día de sumar un nuevo aniversario de mi nacimiento, siento una `profunda frustración al entender todo el tiempo perdido, no solo por mi, sino por mi entorno, que no cree en el presente, que no afronta sus miedos, sus fantasmas, su estupidez, donde las excusas son la mas promisoria repuesta de la insensatez. Convencido de que nuestro paso fugaz por el mundo terrenal, nos deja letanías de insatisfacciones, las cuales en la mayoría de los casos, son provocadas por nosotros mismos, no querer aprender a vivir, escudriñar donde no hay secretos, maltratar la inteligencia y cubrirse de paños de absolución, donde son los únicos hacedores de sus propios males. Jugar a la victima es la premonición más exacta de sus mezquindades. Hacer daño y luego pretender que el mismo no quiso ser ocasionado es absurdo, no hay maldad, en la entrega de una esperanza y el retiro de la misma cual capricho de adolescentes mimados. La vida es un engranaje perfecto, donde recibimos lo que damos, de lo contrario estamos condenados a vivir bajo la subordinación de nuestra perversión, podemos engañar a todo el mundo menos a la persona que vemos reflejada en el espejo a la hora de enfrentarnos a el.

Encaminar nuestra vida, es saber tomar riesgos, enfrentar nuestros miedos, dar una visión al mundo contraria a la vivida, si la misma no ha sido la mas correcta, obviar las excusas, y usar la honestidad como la mejor forma de no distorsionar nuestras creencias. No golpear al amor ni a la verdad, no subestimar a nadie creyendo que solo nosotros sabemos mentir o manipular, alguien me decía una vez ¨ Mientras usted iba por chicle yo ya venia haciendo bombitas ¨ el helado es cosa del pasado.

Estamos

Estamos tan cerca,
pero tan lejos a la vez
nos extrañamos tanto
que nos vemos poco
nos deseamos mucho
y nuestras caricias y besos
son escasos.

Tenemos tantas cosas para decirnos
que siempre encontramos la excusa justa
para desviarnos del tema.

Así estamos Amor,
malgastando el tiempo,
pensando y pensando
si rompemos esas cadenas y nos entregamos
del todo.

Porque nos necesitamos el uno del otro.

autor: Jorge Figuere


Se le quiere que jode, y sobre todo de gratis,.
Nos vemos en el espejo, donde las mentiras nos atormentan,.

No hay comentarios:

Publicar un comentario