Energías, Traición y Reconstrucción


Por: Ricardo Abud


Hay cosas que nadie nos enseña, pero que se sienten. Como cuando compartes tu cuerpo con alguien y algo se queda, aunque esa persona ya no esté. No es una metáfora. Es energía real. Es un peso invisible. Es presencia ausente.


Hay verdades que se escriben con dolor. Cuando alguien te traiciona, cuando rompe los pilares de confianza que construiste durante años, no solo se lleva pedazos de tu corazón. Se lleva algo más profundo: la pureza de lo que compartiste, la energía sagrada que intercambiaron en la intimidad, y la deja contaminada con mentiras.

Cada vez que dos personas se entregan en intimidad, no solo comparten cuerpos. Comparten esencias, energías, historias no contadas que viven en la piel. Y cuando esa persona que amaste decide mentir, decide traicionar, decide entregar esa misma energía que era tuya a otros brazos, no solo te entrega a ti. Te entrega a todos los que pasaron por su vida, a todas las historias que nunca conociste, a todas las mentiras que construyó.


Pero resulta que mientras tú protegías esa energía como un tesoro, ella la repartía como monedas falsas. Y ahora está ahí, con alguien más, tejiendo las mismas mentiras, construyendo los mismos castillos de arena que contigo levantó.


No fue solo la infidelidad, fue todo lo que vino antes: la desconexión emocional,las mentiras disfrazadas de “te juro que no”, los cambios sutiles que uno intenta no ver para no tener que aceptar.


Después entendí: no era yo el que estaba atrayendo lo malo. Era la otra persona quien ya se había ido, pero no tuvo el valor de decirlo. Y en su ida silenciosa, dejó una carga energética que no era mía: relaciones de una noche, historias sin cerrar, vínculos que seguían activos desde otros cuerpos.


Porque sí, cada encuentro deja rastro. Y cuando vas regalando tu intimidad sin conciencia, terminas llena de lo que no entiendes… y vacía de lo que de verdad importa. Y después, lo inevitable: atraes lo que vibras. Lo que aún no limpias. Lo que repites sin darte cuenta.


“¿Por qué me llegan solo tipos que no quieren nada serio?” “¿Por qué terminó atrayendo a los mismos?”No es casualidad. Es resonancia.Es que no te has reconstruido.


Yo sí lo hice. A mí sí me tocó mirarme sin excusas.Entender que no basta con ser bueno si no sabes poner límites.Que amar no significa tolerar vacíos ajenos que vienen camuflados de promesas.Que el amor propio es la única protección real contra el caos emocional.


Si sigues atrayendo personas que solo quieren tu tesoro sin valorar tu alma, si sigues encontrándote con egos disfrazados de amor, con narcisistas vestidos de príncipes, es porque hay algo en ti que necesita sanar.


La traición duele, pero el patrón de atraer traición habla de heridas más profundas. Habla de un amor propio fracturado, de límites que no supiste poner, de señales que elegiste ignorar porque el miedo a estar sola pesaba más que el respeto hacia ti mismo. No puedes construir un futuro sano sobre los escombros de un pasado no sanado. No puedes atraer amor verdadero si tu propio amor está roto. La persona que te traicionó se llevó mucho, sí, pero no puede llevarse tu capacidad de reconstruirse, de volver a ser enteró, de aprender a distinguir entre quien llega a sumar y quien llega solo a tomar.


Reconstruirse no es olvidar. Es integrar la experiencia, extraer la sabiduría del dolor, fortificar los muros de tu autoestima y limpiar tu energía de todo lo que no te pertenece. Es aprender que antes de entregar tu intimidad, tu energía, tu esencia, debes conocer verdaderamente a quien tienes enfrente.


El amor propio no es solo una frase bonita para redes sociales. Es tu escudo más poderoso, tu filtro más efectivo, tu brújula más confiable. Cuando te amas de verdad, cuando conoces tu valor, cuando honras tu energía, automáticamente alejas a quienes no están a tu altura emocional y espiritual.


La persona que te traicionó ahora repite sus patrones con alguien más, construye sus mismas mentiras, ofrece su misma energía contaminada. Pero esa ya no es tu historia. Tu historia ahora es la reconstrucción, la sanación, el aprendizaje.


Llegará alguien que entienda el valor de lo que ofreces, alguien que llegue con las manos limpias y el corazón honesto. Pero solo llegará cuando tú estés completo, cuando hayas aprendido a proteger tu energía, cuando hayas construido muros de amor propio tan sólidos que solo el amor verdadero pueda atravesarlos.


La traición te enseñó lo que no quieres. El dolor te mostró lo que no mereces. Ahora es momento de construir lo que sí deseas, de atraer lo que sí mereces.


La energía de esa persona y todas sus mentiras pueden quedarse en el pasado. Tu energía, limpia y renovada, te pertenece solo a ti. Y solo tú decides con quién la compartes de ahora en adelante.


Y eso, al final, ya no es tu carga.  


Nos vemos en el espejo, donde las mentiras nos atormentan.

Los quiero hasta el infinito y más allá. Se les quiere que jode, y sobre todo de gratis.


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