Entre el bien y el
mal
El bien y el mal no dejan de ser un problema filosófico,
incluso de carácter religioso que es necesario entenderlo, comprenderlo para
poder manejarlo en nuestra cotidianidad y hacernos de una vida más fácil.
El bien o el mal surge como producto de los rumores y de la
percepción de cómo lo interpretamos, para muchos un rumor puede ser catalogado
de bueno ara otros de malo, lo asociamos a un código ético que hemos recibido
por formación primaria. La sociedad juega un papel fundamental, determínate, el bien y el mal no es un
enfrentamiento entre las fuerzas que señalan el bien absoluto y las fuerzas del
mal absoluto y su necesidad de compararlo frente a lo cotidiano, que siempre
pasa más desapercibido por la costumbre.
Aparece el dilema entre portarse bien o portarse mal,
filosóficamente estructurado al relativismo cultural (diversidad de culturas,
costumbres, ideologías incluso hasta creencias) sin tomar en cuenta la
heterogeneidad de las sociedades, para lo que muchos es malo para otros es
bueno, para lo que unos es moral para otros es inmoral. Lo que buenos para una
sociedad socialista para el capitalismo es malo y a la inversa.
Bajo esta condición debemos partir entonces de las reglas
que definen a la sociedad las cuales sustentan sus valores éticos y morales,
sobre los cuales ha de sustentar el concepto universal que marcará la ruta del
bien, tomando la ruta del mal como su opuesto. Estos preceptos definen la
dignidad humana de tal o cual sociedad
en lo colectivo e individual, sin ser absoluto.
Como tema filosófico no deja de ser dialectico por tanto el
bien y el mal son susceptibles a la duda y de que nuestra creencia en lo bueno
y lo malo varíe según vamos variando nosotros mismos.
El bien y el mal nos muestra como siempre, que hay fuerzas
opuestas que se enfrentan, y de dicho enfrentamiento surge la fuerza de la vida
y la evolución de las cosas, además, en cada una de las fuerzas se contiene una
pequeña proporción de aquello a lo que se enfrenta, una verdad paradójica. Cada
idea tiene su contraria, y la razón es la misma desde cualquiera de los dos
puntos de vista, siendo la única fuerza cierta aquella que no se ve, que es la
que surge del enfrentamiento entre dos posturas.
De ahí el rumor juega un papel fundamental, así como
aquellos que se consideran poseedores de dones mágicos para ver un presente que no existe o un futuro que es
imposible de mirar, en este sentido el rumor lo empoderamos y conceptualizamos
como una verdad y lo atamos a esos valores éticos y morales que rigen el
carácter social de nuestra sociedad, mutamos y lo hacemos real. Cuando lo
aceptamos en nuestra vida como una verdad lo clasificamos como bueno o malo en nuestro
código de leyes y procedemos a acusar, juzgar, condenar y castigamos, he ahí la
“JUSTICIA terrenal”. Puede haber premoniciones, las cuales podrían suceder o no,
no son determinantes, ni nos ayudan a crear una matriz de opinión, aunque para
aquellos que aceptan esa verdad manifiesta en la magia, suposición, premonición
o en religiones alternativas la
anteponen como una verdad absoluta.
Sin embargo cuando el
bien y el mal, se conceptualiza de acuerdo a la religión (teología) es la
fuerza de dios y del demonio quienes se enfrentan, es por ello que escuchamos
con regularidad, que si el bien existe, el mal también. Entendiendo el mal
podremos conocer el bien.
Las diferentes religiones alternativas o creencias contraías
a dios o no, se manifiestan en conjuros, te corrompen, te lleva a cometer actos
perversos y se camuflan bajos el bien (seducciones externas) el libre albedrío
y la ausencia de virtud. El mal es la ausencia del bien, producto de la
influencia que ejercen en nosotros (terceros) incluso
la sociedad con leyes retrogradas que favorecen a minorías. Lo desconocido y su
aceptación como una verdad que está en el subconsciente, guardada en el depósito.
Si tienes frio hay ausencia de calor, si hay oscuridad hay ausencia de luz. La envidia
es ausencia de amor propio e influir es su mejor modo de manifestarse cuando somos o nos
sientes vulnerables, la premonición comienza ese franco proceso de deterioro mental
y se transforma en una verdad absoluta.
ES por ello que la inmanencia cuando es prolongada y pierde
valor en la trascendencia de todos aquellos que la asumen como un dogma, sin
derecho a réplica, lo cual posibilita el estancamiento de las relaciones
interpersonales, subjetivando la armonía. Somos infelices, o utilizamos esa
verdad absoluta para liberarnos de algo que ya no queremos tener a nuestro lado y la culpa la trasformamos y
nos victimizamos.
Comprender la naturaleza humana no es difícil, nosotros
somos quienes la hacemos difícil, somos hipócritas y nos cuesta reconocer los
errores para seguir caminando erguidos, hasta que nos vemos nuevamente en el
espejo.
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