Durante este primer semestre hemos sido testigo e una pandemia
que no ha distinguido país, raza, color o posición social. El covid-19 letal e
inteligente llego de manera intempestiva
para cambiarnos, a muchos para bien otros para mal.
Un virus que muto la esencia, política, económica y social
de muchos países del mundo, transformándola en caos, no estábamos preparados
para ello, un agente silencioso que ha
hecho más daño psicológico que el mismo bloqueo y las sanciones de las que
somos víctimas los venezolanos por parte del Imperialismo Norteamericano, ha posibilitado
conocer la esencia degenerada de muchos gobernantes en el mundo, la avaricia de
aquellos que se hacen llamar empresarios, así como la solidaridad en las
relaciones interpersonales. Una mezcla de muchas cosas por descifrar, algunos
asemejan esta pandemia con la Teoría de Taleb y su famoso cisne negro, otros
desde la óptica religiosa podrían denominarlo con el principio del fin.
Esta crisis mundial nos ha demostrado lo errado que hemos
estado en materia sanitaria no solo en Venezuela, sino en el resto del mundo. Para
los políticos responsables de las políticas públicas, la investigación o el
estudio de la misma no es tarea fundamental en el desarrollo de una sociedad,
no es rentable la actividad científica, por el contrario es una carga financiera
muy grande que ningún estado está preparado para asumir.
El Covid-19 nos ha demostrado que somos susceptiblemente vulnerables, la arrogancia y prepotencia han
quedado descubiertas, hemos sido víctimas de nuestra propia estupidez, huérfanos
y carencia de liderazgos. Para algunos la crisis fue bien manejada en
Venezuela, para otros la falta de gasolina fue determinante para que se
decretara la Cuarentena, y se establecieran los controles y mecanismo que
permitieran controlar o minimizar las consecuencias de la pandemia en nuestro país.
A nivel mundial el vacío de liderazgo es total ante la competencia de sus
cabezas de gobierno, Donald Trump, Boris Johnson, Bolsonaro, después de
politizar la pandemia tuvieron que cambiar su curso, siendo
hoy en día EEUU Y Brasil dos de los países más afectados en el mundo.
Una de las enseñanzas más relevantes de esta pandemia es que
una vez más se ponen de manifiesto las desigualdades sociales a nivel
planetario con algunas excepciones, la concentración de riquezas (capitales) y
su utilización. La especulación y la continua acumulación del dinero sigue
siendo una de las formas más perversas
que atenta en contra de la estabilidad universal, la tranquilidad social. Al
salir de esta pandemia muchos saldrán más ricos que nunca, no por esfuerzo o
por trabajo, no, por la especulación en los alimentos y en las medicinas, y
esto dará inicio a una reconfiguración regresiva
hacia el repunte financiero.
Algo significativo es que el manejo de esta pandemia repercutirá
en las elecciones de Estados Unidos, en Bolivia el mal manejo así como en
Ecuador de esta crisis incidirán en las elecciones, para muchos ese revés de la
izquierda con golpes de estado incluidos, hará nuevamente crecer la esperanza
en un gobierno más humanista orientado hacia la justicia social y el bienestar
de todos, Bolsonaro quedara con un mal recuerdo en Brasil, Trump será aplastado
por la xenofobia puesta de manifiesto en el manejo de las crisis que le ha
tocado enfrentar, la supremacía blanca tendrá un duro revés, será derrotada.
La solidaridad y la humildad deberán ser el marco de
desarrollo social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario